Tuesday, 8 July 2008

5 random extracts

Here are 5 extracts outta books by the writers I chose for my 'TOP 5 WRITERS ACCORDING TO SIMON KING' list. I skimmed through the books recently, and the paragraphs selected are what most impressed me at the time. They are not, however, the definite 'best' or my 'favourite' examples of the authors' writing.

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Extract from the novel Moon Palace by Paul Auster

I stood on the beach for a long time, waiting for the last bits of sunshine to vanish. Behind me, the town went about its business, making familiar late-century American noises. As I looked down the curve of the coast, I saw the lights of the houses being turned on, one by one. Then the moon came up from behind the hills. It was a full moon, as round and yellow as a burning stone. I kept my eyes on it as it rose into the night sky, not turning away until it had found its place in the darkness.

Chapter 7 of the novel Hopscotch (Rayuela) by Julio Cortázar

Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elije y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.
Me miras, de cerca me miras, cada vez más cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre si, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, modiéndose con los labios apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragrancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instántanea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mi como una luna en el agua.

Extract from the novel The Sound and the Fury by William Faulkner

It was a while before the last stroke ceased vibrating. It stayed in the air, more felt than heard, for a long time. Like all the bells that ever rang still ringing in the long dying light-rays and Jesus and Saint Francis talking about his sister. Because if it were just to hell; if that were all of it. Finished. If things just finished themselves. Nobody else there but her and me. If we could just have done something so dreadful that they would have fled hell except us. I have committed incest i said Father it was I it was not Dalton Ames And where he put Dalton Ames. Dalton Ames. Dalton Ames. When he put the pistol in my hand I didn't. That's why I didn't. He would be there and she would and I would. Dalton Ames. Dalton Ames. Dalton Ames. If we could have just done something so dreadful and Father said That's sad too, people cannot do anything that dreadful they cannot do anything very dreadful at all they cannot even remember tomorrow what seemed dreadful today and I said, You can shirk all things and he saud, Ah can you. And I will look down and see my murmuring bones and the deep water like wind, like a roof of wind, and after a long time they cannot distinguish even bones upon the lonely and inviolate sand. Until on the Day when He says Rise only the flat-iron would come floating up. It's not when you realize that nothing can help you - religion, pride, anything - it's when you realize that you don't need any aid. Dalton Ames. Dalton Ames. Dalton Ames. If I could have been his mother lying with open body lifted laughing, holding his father with my hand refraining, seeing, watching him die before he lived. One minute she was standing in the door.

Extract from a short story entitled 'The Aleph' (El Aleph) by Jorge Luis Borges

En la parte inferior del escalón, hacia la derecha, vi una pequeña esfera tornasolada, de casi intolerable fulgor. Al prinicipio la creí giratoria; luego comprendí que ese movimiento era una ilusión producida por los vertginosos espectáculos que encerraba. El diámetro del Aleph sería de dos o tres centímetros, pero el espacio cósmico estaba ahí, sin disminución de tamaño. Cada cosa (la luna del espejo, digamos) era infinitas cosas, porque yo claramente la veía desde todos los puntos del universo. Vi el populoso mar, vi el alba y la tarde, vi las muchedumbres de América, vi una plateada telaraña en el centro de una negra pirámide, vi un laberinto roto (era Londres), vi interminables ojos inmediatos escrutándose en mí como en un espejo, vi todos los espejos del planeta y ninguno me reflejó, vi en un traspatio de la calle Soler las mismas baldosas que hace treinta años vi en el zaguán de una casa en Fray Bentos, vi racimos, nieve tabaco, vetas de metal, vapor de agua, vi convexos desiertos ecuatoriales y cada uno de sus granos de arena, vi en Inverness a una mujer que no olvidaré, vi la violenta cabellera, el altivo cuerpo, vi un cáncer en el pecho, vi un círculo de tierra seca en una vereda, donde antes hubo un árbol, vi una quinta de Adrogué, un ejemplar de la primera versión inglesa de Plinio, la de Philemon Holland, vi a un tiempo cada letra de cada página (de chico, yo solía maravillarme de que las letras de un volumen cerrado no se mezclaren y perdieran en el decurso de la noche), vi la noche y el día contemporáneo, vi un poniente en Querétano que parecia reflejar el color de una rosa en Bengala, vi mi dormitorio sin nadie, vi un gabinete de Alkmaar un globo terráqueo entre dos espejos que lo multiplicaban sin fin, vi caballos de crin arremolinada, en una playa del Mar Caspio en el alba, vi la delicada osatura de una mano, vi a los sobrevivientes de una batalla, enviando tarjetas postales, vi en un escaparate de Mirzapur una baraja española, vi las sombras oblicuas de unos helechos en el suelo de un invernáculo, vi tigres, émbolos, bisontes, marejadas y ejércitos, vi todas las hormigas que hay en la tierra, vi un astrolabio persa, vi en un cajón del escritorio (y la letra me hizo temblar) cartas obscenas, increíbles, precisas, que Beatriz había dirigido a Carlos Argentino, vi un adorado monumento en la Chacarita, vi la reliquia atroz de lo que deliciosamente había sido Beatriz Viterbo, vi la circulación de mi oscura sangre, vi el engranje del amor y la modificación de la muerte, vi el Aleph, desde todos los puntos, vi en el Aleph la tierra, vi my cara y mis vísceras, vi tu cara, y sentí vertigo y lloré, porque mis ojos habían visto ese objeto secreto y conjetural, cuyo nombre usurpan los hombres, pero que ningún hombre ha mirado: el inconcebible universo.

Extract from the novel Kingdom Come by J. G. Ballard

The suburbs dream of violence. Asleep in their drowsy villas, sheltered by benevolent shopping molls, they wait patiently for the nightmares that will wake them into a more passionate world...

1 comment:

Ryan Brothwell said...

I love the Auster. Particularly, enjoyed Ghosts from The New York Trilogy. I like how everything is concealed until the flabbergasting revelation at the end - similar to Borges in that respect.